Ayer falleció en Ibiza un ciclista, asesinado por un conductor borracho, que se dio a la fuga.
Cada vez es más frecuente, escuchar lo cercano que se producen los “accidentes”. Y ya no son noticias lejanas y esporádicas, cada día se hacen más frecuentes y cercanos los «accidentes» por conductores: borrachos, drogados o impacientes. Que matan a otras personas y que les sale muy barato.
Justo en el día, cuando Ibiza celebraba la Pitiusona, para revindicar la bicicleta en una fiesta ciclista y su uso, en una Isla que se pudre por el coche. Muere de la manera más sucia que puede existir. Un ciclista que probablemente al igual que otros muchos, hemos encontrado en la bicicleta un arma de lucha, de amor y de cambio.
No más ciclistas muertos.
Mañana volvemos con todo lo que paso en Ibiza, con el ambiente festivo que es la Isla en estos momentos, y lo que debe ser la bici, un ambiente festivo.
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