Situación típica de Barcelona, vas por un carril bicicleta direccional. A la derecha tuya una zona de carga y descarga. Intempestivamente una furgoneta blanca comienza a retroceder, forzando a realizar una maniobra para esquivar su tonelada de peso.
Asustado y nervioso reclamo al conductor de la furgoneta blanca, que lleva el móvil en la mano. Atónito y sin dar fe a lo que veo sigo con mi trayecto, no me puedo enfadar cada vez que esto pasa. Y lastimosamente pasa muy a menudo.
La furgo sale del parking y me alcanza en el semáforo, baja la ventanilla para reclamarme o exculparse, con una frase que me deja helado. “Es que no veo cuando retrocedo”. Por 3 segundos me bloqueo.
Conductor furgoneta blanca: “Es que no veo cuando retrocedo”
Me repito la frase en mi cabeza y solo atinó a decirle. “Ir mirando al móvil tampoco ayuda”. Luego con más calma, recuerdo que todos los vehículos disponen de espejos retrovisores. Algo que ayuda a retroceder y mirar que sucede atrás tuyo. Pero no, seguramente para el conductor de la furgoneta blanca sea más importante ver el WhatsApp o ese video tan interesante en Facebook.
Que pasaría si no me diera tiempo de esquivar la furgoneta, sería un ¿accidente
No es un accidente
Para la ley sería un simple accidente. Un parte para el seguro y a seguir. Pero manejar bajo estas condiciones no es un accidente. Un accidente es que te caiga un meteorito en la cabeza, algo que pasa desafortunadamente, cuando alguien se salta tantas normas de seguridad a sabiendas. NO es un accidente.
Imagen y video de Remi Gaillard, a veces siento que los conductores son ciegos.
Dejar una contestacion